Las cargas en los conductores pueden moverse con cierta
libertad. La corriente eléctrica constituye un movimiento continuado de las
cargas libres. La cantidad de carga que circula por un conductor en la unidad de
tiempo es la intensidad de corriente. Los responsables de mantener la corriente
en un circuito eléctrico son los generadores eléctricos, los cuales suministran
al circuito la energía precisa para ello. Dos leyes de naturaleza experimental
descubiertas por Ohm y Joule respectivamente aportan algunas relaciones que
facilitan el estudio científico de la corriente eléctrica.
La característica esencial de los conductores, sean éstos sólidos, líquidos o
gaseosos, consiste en que disponen de partículas cargadas que pueden moverse con
bastante libertad bajo la acción de campos eléctricos. Cuando un conductor
descargado se pone en contacto con un cuerpo cargado se produce un
desplazamiento de la carga del uno a otro por efecto de las fuerzas eléctricas.
Si ambos están aislados, el movimiento de las cargas libres durará unos
instantes entre tanto el sistema de cargas encuentra una configuración de
equilibrio en la cual las fuerzas eléctricas que se ejercen sobre cada una de
las cargas se compensan mutuamente. Esto es lo que sucede cuando un hilo
metálico se conecta por uno de sus extremos a uno solo de los bornes de una
pila. Sin embargo, cuando se conecta el otro extremo del conductor al segundo
borne, se produce un movimiento continuado de cargas en el conductor. Se tiene
en tal caso una corriente eléctrica. La parte de la física que se ocupa del
estudio de este tipo de movimiento de las cargas eléctricas a través de un
conductor recibe el nombre de electrocinética.
Globo de plasma que modeliza el ojo de la tormenta. En los
globos de plasma se aplican voltajes de 3 kV a 8 kV y frecuencias de 20 kHz a 50
kHz entre el centro del globo y la capa exterior en contacto con la tierra.
CORRIENTE ELÉCTRICA
Movimiento de cargas y corriente eléctrica
La presencia de un campo eléctrico permanente en el seno de
un conductor es la causa del movimiento continuado de las cargas libres. En
términos de potencial puede decirse que para que se mantenga una corriente
eléctrica es necesario que exista una diferencia de potencial constante entre
los extremos del conductor. Si ésta disminuye por efecto de la circulación de
las cargas, el campo eléctrico llega a hacerse nulo y cesa el movimiento. Esta
es la situación que corresponde a esos desplazamientos de carga que se producen
cuando un conductor aislado se carga o descarga eléctricamente.
Debido a su facilidad de manejo, en electrocinética para
describir las propiedades del campo en el interior de un conductor se recurre a
la noción de diferencia de potencial, también denominada tensión eléctrica
porque de ella depende el movimiento de las cargas libres de un punto a otro. El
sentido de la corriente eléctrica depende no sólo del signo de la diferencia de
potencial, sino también del signo de los elementos portadores de carga o cargas
móviles presentes en el conductor.
En un conductor metálico los portadores de carga son los
electrones (-), por lo que su desplazamiento se producirá del extremo del
conductor a menor potencial hacia el extremo a mayor potencial, o en términos de
signos desde el polo negativo hacia el positivo. En una disolución salina los
portadores de carga son iones tanto positivos como negativos; cuando se somete
dicha disolución a una diferencia de potencial constante, como la producida
entre los bornes de una pila, se generarán movimientos de carga de sentidos
opuestos; las cargas positivas se desplazarán por la disolución del extremo de
mayor potencial al de menor potencial, o lo que es lo mismo, del polo positivo
de la pila al polo negativo, y las negativas en sentido contrario. Algo
semejante sucede en un medio gaseoso ionizado como el que se produce en el
interior de un tubo fluorescente o de neón sometido a una diferencia de
potencial intensa.
Benjamin Franklin fue el primero en asignar un sentido de
circulación a la corriente eléctrica en los conductores metálicos. Él supuso que
era la electricidad positiva la que, como un fluido sutil, se desplazaba por el
interior del conductor. Según dicha suposición, la corriente eléctrica
circularía del polo positivo al negativo. Más de un siglo después la moderna
teoría atómica revelaba que los electrones son los portadores de carga en los
metales, de modo que el sentido real de la corriente resulta ser justamente el
opuesto al avanzado por Franklin. Por razones históricas y dado que en la
electrocinética el sentido de circulación de la corriente no tiene mayor
trascendencia, se sigue aceptando como sentido convencional el postulado por
Franklin. Sin embargo, en otras partes de la física, como la electrónica, la
distinción entre ambos resulta importante.
La intensidad de la corriente eléctrica
Junto a la idea de movimiento de partículas, la noción de
corriente eléctrica lleva asociada la de transporte de carga eléctrica de un
punto a otro. La importancia de dicho transporte en términos de cantidad se
expresa mediante la magnitud intensidad de corriente eléctrica que se define
como la carga total que circula por el conductor en la unidad de tiempo. En
forma de ecuación se puede escribir como:
La unidad de intensidad de corriente en el SI recibe el
nombre de ampere (A) y equivale a un transporte de carga que se produzca a razón
de 1 coulomb (C) en cada segundo (s), 1 A = 1 C/s.
En un metal, en donde la corriente eléctrica es debida
únicamente al movimiento de electrones, sólo el transporte de carga negativa
contribuye al valor de la intensidad. En las disoluciones iónicas, al ser
conducida la corriente tanto por iones positivos como negativos, se produce una
doble contribución de ambos tipos de carga a la intensidad de corriente
eléctrica.
LA LEY DE OHM
Diferencia de potencial e intensidad de corriente
En un conductor el movimiento de cargas eléctricas es
consecuencia de la existencia de una tensión eléctrica entre sus extremos. Por
ello la intensidad de corriente que circula por el conductor y la tensión o
diferencia de potencial deben estar relacionadas. Otros fenómenos de la física
presentan una cierta semejanza con la conducción eléctrica; así el flujo de
calor entre dos puntos depende de la diferencia de temperaturas entre ellos y la
velocidad de caída de un cuerpo por un plano inclinado es función de la
diferencia de alturas.
Ese tipo de analogías, y en particular la relativa a la
conducción del calor, sirvió de punto de partida al físico alemán Georg Simon
Ohm (1787-1854) para investigar la conducción eléctrica en los metales. En 1826
llegó a establecer que en los conductores metálicos el cociente entre la
diferencia de potencial entre sus extremos y la intensidad de corriente que lo
atraviesa es una cantidad constante, o en otros términos, que ambas magnitudes
son directamente proporcionales. Esta relación de proporcionalidad directa entre
tensión e intensidad recibe el nombre de ley de Ohm.
Representando, como es habitual en electrocinética, la
tensión eléctrica por V y no por
V, la ley de Ohm se puede escribir en la forma:
I = G · V (10.2)
donde G es una constante característica de cada conductor que
recibe el nombre de conductancia.
Curva característica de un conductor. Concepto de
resistencia
Se denomina curva característica I-V de un conductor a la
línea que se obtiene cuando se representa gráficamente la variación de la
intensidad de corriente I que atraviesa un conductor con la diferencia de
potencial o tensión V aplicada entre sus extremos. Su forma es característica de
cada conductor, de ahí su nombre.
La determinación experimental de una curva característica se
efectúa mediante un montaje que permita aplicar a los extremos de un conductor
cualquiera una tensión variable y que a la vez haga posible la medida tanto de
la tensión aplicada como de la intensidad de corriente que constituye la
respuesta del conductor. Algunas curvas características I-V son lineales, lo que
equivale a decir que en sus conductores correspondientes ambas magnitudes
eléctricas son directamente proporcionales. Esto es lo que viene a establecer la
ley de Ohm para los conductores metálicos.
En la curva característica I-V de un conductor metálico la
pendiente de la gráfica coincide con la constante de proporcionalidad G que, de
acuerdo con su definición, constituye una medida de la aptitud para la
conducción eléctrica del cuerpo considerado. Cuanto mayor sea G, mayor será la
inclinación de la característica I-V y, por tanto, mayor la intensidad que
circulará por el conductor para una misma diferencia de potencial.
La inversa de la conductancia G se denomina resistencia
eléctrica y se representa por la letra R:
Desde un punto de vista físico, la resistencia R de un
conductor constituye una medida de la oposición que presenta éste al paso de la
corriente eléctrica. En los metales los electrones han de moverse a través de
los átomos de la estructura cristalina del propio metal. Tales obstáculos al
movimiento libre de las cargas contribuyen, en su conjunto, al valor de la
resistencia R.
La expresión (10.2) puede escribirse, haciendo intervenir a
la resistencia, en la forma:
V = I · R (10.3)
que constituye la expresión más conocida de la ley de Ohm.
A partir de la ecuación anterior se define el ohm (
)
como unidad de resistencia eléctrica en la forma:
El hecho experimentalmente observado de que no todos los
conductores posean características I-V rectilíneas indica que no todos cumplen
la ley de Ohm. Es ésta, por tanto, una ley de carácter restringido que sólo
puede aplicarse a cierto tipo de conductores llamados óhmicos. En los no óhmicos
la resistencia no tiene un valor constante, sino que éste depende de la tensión
que se aplique entre los extremos del conductor.
Resistividad y conductividad
Experimentos con hilos metálicos de diferentes longitudes y
grosores llevaron a Ohm a establecer el concepto de resistencia al observar que
la intensidad I de corriente era inversamente proporcional a la longitud l del
conductor y directamente proporcional a su sección S o grosor. Cuando este
descubrimiento se combina con la relación de proporcionalidad inversa entre R e
I que establece su famosa ley, resulta la relación:


donde
es una constante característica del tipo de metal que constituye el hilo
conductor considerado. Dicha constante se denomina resistividad y equivale a una
resistencia específica referida a una longitud y sección unidad. Se expresa en
ohms x metro (
· m). La inversa de la resistividad recibe el nombre de conductividad y se
representa por la letra
(
= 1/r). Se expresa en
-1
· m-1 y caracteriza el comportamiento de un material como conductor eléctrico.
En los metales,
toma valores del orden de 107
-1 · m-1 y en los aisladores típicos como el vidrio o la parafina alcanza 10-14
en el primer material y 10-17
-1
· m-1 en el segundo. Los materiales semiconductores presentan valores de
intermedios.
El significado energético de la ley de Ohm
Dado que la diferencia de potencial V constituye una energía
por unidad de carga, la ley de Ohm puede ser interpretada en términos de
energía. Las colisiones de los electrones en los metales con los nudos de la red
cristalina llevan consigo una disipación de energía eléctrica. Dicho fenómeno es
el responsable de la pérdida o caída de potencial V que se detecta, en mayor o
menor medida, entre los extremos de un conductor, e indica que cada unidad de
carga pierde energía al pasar de uno a otro punto a raz6oacute;n de V julios por
cada coulom0b de carga que lo atraviese.
Si se aplica el principio general de conservación de la
energía a los fenómenos eléctricos, la ley de Ohm, definida por la expresión
(10.3), puede ser considerada como una ecuación de conservación en donde el
primer miembro representa la energía perdida en el circuito por cada unidad de
carga en movimiento y el segundo la energía cedida al exterior por cada coulomb
que circula entre los puntos considerados.
ELEMENTOS DE UN CIRCUITO
Generadores eléctricos
El movimiento de los electrones por un conductor metálico como consecuencia
de una diferencia de potencial entre sus extremos puede compararse con el flujo
de agua entre depósitos situados a diferente altura y conectados mediante una
tubería. Cuando se llena el depósito superior el agua desciende, pero dicho
movimiento dura sólo en tanto se mantiene una diferencia entre los niveles de
agua en ambos depósitos. Para mantener el agua en continua circulación es
necesario intercalar una bomba que eleve de nuevo el agua desde el depósito
inferior al superior. El papel de la bomba en dicho circuito hidráulico es el de
comunicar a la masa de agua que lo atraviesa la energía suficiente como para
salvar la diferencia de altura entre los dos depósitos, lo que equivale de hecho
a mantener constante la diferencia de niveles del agua entre ambos depósitos aun
a pesar del flujo continuo que los atraviese.
Para mantener una corriente eléctrica en el interior de un conductor es
preciso que exista una diferencia de potencial constante entre sus extremos;
hace falta, pues, un dispositivo que juegue un papel análogo al de la bomba en
el circuito hidráulico. Dicho dispositivo recibe el nombre de generador. Una
asociación de conductores con un generador constituye un circuito eléctrico en
donde puede tener lugar un movimiento continuado de cargas. El generador
mantiene constante la diferencia de potencial entre dos puntos del circuito, o
dicho en otros términos, genera un campo eléctrico en el conductor que es el
responsable de la corriente.
Fuerza electromotriz de un generador
La fuerza electromotriz es la magnitud que caracteriza el comportamiento del
generador en un circuito eléctrico. En el caso de una bomba hidráulica la
potencia mecánica representa la energía que suministra al circuito por unidad de
tiempo. En los circuitos eléctricos se define la fuerza electromotriz de un
generador y se representa mediante la letra e, como la energía que cede el
generador al circuito por cada unidad de carga que lo atraviesa y que se
invierte en incrementar su energía potencial eléctrica. Cada carga al pasar por
el generador recibe una dosis de energía que podrá gastar después en su
recorrido a lo largo del circuito.
Con frecuencia, se emplean las iniciales f.e.m. para designar esta magnitud,
que siendo una energía se la denomina impropiamente fuerza. Según su definición
la f.e.m. se expresará en unidades de energía partido por unidades de carga.
Este es también el caso de las magnitudes potencial y diferencia de potencial.
Por tal motivo su unidad en el SI es el voltio.
Tipos de generadores
El tipo de generadores más conocido es el generador químico, al cual
pertenece la pila eléctrica o pila seca. Transforma energía producida en ciertas
reacciones químicas en energía eléctrica capaz de mantener una diferencia de
potencial constante entre sus polos o bornes. Una pila cinc-carbón, como las que
se emplean para alimentar un aparato de radio portátil, está formada por dos
elementos o electrodos de diferentes sustancias. Uno es de cinc y tiene forma de
envoltura cilíndrica, el otro es una barrita de carbón. Entre ambos existe una
pasta intermedia o electrolito que contribuye al proceso de generación de
tensión. La reacción química que se produce en el electrodo de cinc libera
electrones, con lo que éste se convierte en un polo negativo (cátodo); la que se
produce en el electrodo de carbón da lugar a una disminución de electrones,
resultando de signo positivo (ánodo). La tensión producida por una pila es
constante y al aplicarla sobre un circuito eléctrico produce una corriente
continua. Este tipo de corriente se caracteriza porque el sentido del movimiento
de los portadores de carga se mantiene constante.
La pila de combustible es otro tipo de generador químico de uso frecuente en
el suministro de energía eléctrica a naves espaciales. Recibe este nombre porque
las sustancias que participan en las correspondientes reacciones químicas son,
en parte, introducidas desde el exterior como si de un combustible se tratara.
Una pila de combustible típica es la que se basa en las reacciones hidrógeno-
oxígeno que se producen con pérdida de electrones en un electrodo y ganancia en
el otro, dando lugar a una diferencia de potencial capaz de producir una
corriente eléctrica exterior.
Un termopar es un generador termoeléctrico que transforma calor en
electricidad. Se produce cuando dos hilos conductores unidos entre sí por sus
extremos respectivos se someten a una diferencia de temperatura, sumergiendo una
de las soldaduras en hielo fundente y aplicando a la otra la llama de un
mechero. Entre ambos puntos se genera una diferencia de potencial que aumenta
con la temperatura y puede detectarse con un aparato de medidas eléctricas.
Dicho efecto generador de electricidad conocido como efecto Seebeck se emplea
principalmente en la medida de temperaturas.
La célula fotovoltaica es un generador de tipo fotoeléctrico que transforma
la energía lúminosa en energía eléctrica. Se basa en la, capacidad de los
semiconductores para conducir la electricidad en un sentido dado, pero no en el
opuesto. Al incidir la luz sobre la célula, arranca algunos electrones de sus
átomos, electrones que se acumulan en una región determinada a expensas de la
pérdida de electrones en la región opuesta.
Al igual que en una pila seca, estas dos regiones constituyen los polos negativo
y positivo, respectivamente, de la célula cuya diferencia de potencial se
mantendrá constante en tanto no varíe la intensidad luminosa que alcanza su
superficie.
El generador electromagnético se basa en el fenómeno de la inducción
electromagnética. Cuando un conductor cerrado se hace girar en el seno del campo
magnético producido por un imán se genera en su interior una diferencia de
potencial capaz de producir una corriente eléctrica. Es el tipo de generador
denominado alternador que se emplea en las grandes plantas de producción de
energía eléctrica.
En ellas, diferentes formas de energía, cuya naturaleza depende del tipo de
central, se invierten en mover grandes bobinas de conductores, haciéndolas girar
en el seno de campos magnéticos. De este modo se producen tensiones eléctricas
entre sus bornes cuya polaridad positiva/negativa, se invierte alternativamente
con el tiempo a razón de cincuenta veces en cada segundo. Cuando esta tensión se
aplica a un circuito eléctrico, produce en él una corriente alterna que se
caracteriza por una inversión alternativa, con idéntica frecuencia, del sentido
del movimiento de los portadores de carga.
VOLTÍMETRO Y AMPERÍMETRO
Son dos aparatos de medidas eléctricas que puede considerarse como
galvanómetros modificados. El primero se utiliza para medir diferencias de
potencial entre dos puntos cualesquiera y el segundo para medir intensidades. Su
presencia en el esquema correspondiente a un circuito eléctrico se representa en
la forma -V- y -A- respectivamente.
El galvanómetro, cuyo nombre honra a Galvani, aprovecha el efecto magnético
de la corriente eléctrica. Consta, en esencia, de un imán entre cuyos polos se
dispone una bobina que puede girar sobre un eje dispuesto perpendicularmente al
plano del imán.
Una aguja solidaria con el bastidor de la bobina hace visible, sobre una escala
graduada, el posible movimiento de aquélla. Este movimiento se halla impedido en
ausencia de corriente por dos muelles recuperadores o resortes en espiral.
Cuando se hace pasar una corriente por la bobina, aparece una fuerza magnética
entre la bobina y el imán que desvía la aguja de su posición inicial tanto más
cuanto mayor es la intensidad de corriente.

Un amperímetro consiste, básicamente, en un galvanómetro con un shunt o
resistencia en paralelo con la bobina, de magnitud lo suficientemente pequeña
como para conseguir que prácticamente toda, la corriente se desvíe por ella y
que el aparato de Medida perturbe lo menos posible las condiciones del circuito.
Los amperímetros se conectan en serie con el circuito, es decir, se intercalan
entre los puntos en donde se desea medir la intensidad.

Un voltímetro viene a ser un galvanómetro con una importante resistencia
asociada en serie con él. El conjunto se conecta en paralelo o derivación entre
los puntos cuya diferencia de potencial se desea medir. Si la resistencia total
del voltímetro es mucho mayor que la del circuito, entre tales puntos la
corriente se derivará en su mayor parte por el tramo que ofrece menor
resistencia a su paso y sólo una fracción de ella atravesará el voltímetro. Con
ello se logra que la perturbación que introduce en el circuito el aparato de
medida sea despreciable.

A menudo, estos dos dispositivos y el ohmetro están incluidos en un
dispositivo llamado Multímetro, que se conecta según el uso de cada uno de
ellos. Actualmente se pueden encontrar multímetros tanto digitales como
analógicos. Generalmente los digitales son más exactos (y más caros) que los
analógicos.

Polímetro Analógico

Polímetro Digital

LEYES DE KIRCHHOFF
Existen dos reglas, llamadas Leyes de Kirchhoff, que se
aplican a cualquier circuito en estado estacionario:
1. La suma algebraica de las variaciones de potencial a lo
largo de cualquier bucle o malla del circuito debe ser igual a 0.

2. En un punto o nudo de ramificación de un circuito en donde
puede dividirse la corriente, la suma de las corrientes que entran en el nudo
debe ser igual a la suma de las corrientes que salen del mismo.

La regla 1, llamada Regla de las mallas, se deduce a partir
del simple hecho de que en el estado estacionario la diferencia de potencial
entre dos puntos cualesquiera es constante. En estado estacionario, el campo
eléctrico en cualquier punto (fuera de una fuente de fem) es debido a la carga
acumulada sobre las superficies de los bornes de la batería, resistencias,
cables, u otros elementos del circuito. Como el campo eléctrico es conservativo,
existe una función potencial en cualquier punto del espacio (excepto en el
interior de una fuente de fem). Según nos desplazamos a lo largo de la malla y
se ha llegado al punto desde el que se comenzó, la variación neta del potencial
debe ser igual a cero. Esta regla es una consecuencia directa del principio de
conservación de la energía.
La segunda regla de Kirchhoff, Regla de los nudos, se deduce
de la conservación de la carga. Esta regla es necesaria para circuitos de
múltiples mallas que contienen puntos en los que la corriente puede dividirse.
Como en estado estacionario no hay posterior acumulación de carga eléctrica en
ningún punto del circuito, la cantidad de carga que entra en un punto, debe ser
igual a la que sale de dicho punto.
Ej: Dado el siguiente circuito.

Al escribir la primera ley, debemos considerar aquellas
corrientes que salen de un nudo como positivas y las que llegan como negativas.
La primera ley expresa la conservación de la carga porque, como las cargas no se
acumulan en un nudo, el número de cargas que llegan a un nudo en un cierto
tiempo debe ser igual al número de cargas que salen en el mismo tiempo.
Al aplicar la segunda ley debemos tomar en cuenta las
siguientes reglas. Una caída de potencial a través de una resistencia es
positiva o negativa según que recorramos el circuito en el sentido de la
corriente o en sentido opuesto. Cuando pasamos a través de una fem, tomamos la
diferencia de potencial como negativa o positiva dependiendo de que la
atravesemos en el sentido en que actúa la fem. La segunda ley expresa la
conservación de energía, ya que la variación neta de energía de una carga
después de haber recorrido un camino cerrado debe ser 0.
Aplicamos estas leyes para este circuito.
La primera ley aplicada a los nudos A, B y C da:
Nudo A: -I1+I2+I3=0
Nudo B: -I3+I4+I5=0
Nudo C: -I2 -I4+I6=0
La segunda ley aplicada a los recorridos 1,2 y 3 da:
Recorrido 1: -R2I2+R3I3+R4I4-Ve2=0
Recorrido 2: R5I5-R6I6-R4I4=0
Recorrido 3: R1I1+R2I2+R6I6-Ve1+Ve2=0
Estas 6 ecuaciones son suficientes para determinar las seis corrientes en la
red.
RESISTENCIA EQUIVALENTE (Re)
Un circuito eléctrico está formado por la asociación de una
serie de elementos conductores que hacen posible el mantenimiento por su
interior de una corriente eléctrica. Si los generadores producen una diferencia
de potencial constante entre sus bornes o polos, la corriente producida será
continua. Tal es el caso de las pilas y de las baterías.
En los circuitos de corriente continua pueden distinguirse
básicamente dos tipos de elementos, los generadores y los receptores. Los
primeros aportan al circuito la energía necesaria para mantener la corriente
eléctrica, los segundos consumen energía eléctrica y, o bien la disipan en forma
de calor, como es el caso de las resistencias, o bien la convierten en otra
forma de energía, como sucede en los motores. Una pila en un circuito eléctrico
se representa mediante el símbolo
que refleja la polaridad del generador. Una resistencia se representa por el
símbolo
.

Para simplificar el estudio, se supone que las magnitudes o
parámetros característicos de estos elementos se concentran en los puntos del
circuito donde se representan. Así, la resistencia de los cables de conexión o
se desprecia o se supone concentrada en un punto como si se tratara de un
elemento de circuito más.
El estudio cuantitativo de los circuitos eléctricos de
corriente continua se efectúa como una aplicación de dos principios básicos:
El principio de conservación de la energía referido a la
unidad de carga eléctrica, según el cual en todo el circuito, o en cualquier
tramo de él, la energía que pierde la corriente eléctrica es igual a la energía
cedida por el circuito al exterior. Es, en esencia, la ley de Ohm generalizada e
interpretada como balance de energías.
El principio de no acumulación de cargas, que indica que las
cargas no pueden acumularse. Eso significa que si no hay bifurcaciones, la
intensidad de corriente es la misma en todo el circuito, y si las hay, la
intensidad de corriente que entra en un nudo o punto de bifurcación ha de ser
igual a la suma de las que salen de él.
Tales principios se conocen también como leyes de Kirchoff.
Asociación de resistencias
Existen dos modos fundamentales de conectar o asociar las
resistencias entre sí, en serie y en paralelo o derivación. En la asociación en
serie las resistencias se conectan una tras otra de modo que por todas ellas
pasa la misma intensidad de corriente. En la asociación en paralelo la conexión
se efectúa uniendo los dos extremos de cada una de ellas a un mismo par de
puntos. En este caso la diferencia de potencial entre los extremos de cualquiera
de las resistencias asociadas es la misma, pero, de acuerdo con el principio de
no acumulación de cargas, la intensidad total que llega al nudo o punto de
bifurcación se reparte entre ellas.
Se denomina resistencia equivalente de una asociación de
resistencias a aquella resistencia única por la que podría sustituirse la
asociación sin alterar la intensidad que circula por el circuito. En el caso de
una asociación en serie de tres resistencias, la fórmula de la resistencia
equivalente Re se obtiene como sigue. De acuerdo con la ley de Ohm aplicada a
cada una de ellas, se tiene:
V1 = I · R1 ; V2 = I · R2 ; V3 = I · R3
donde V1, V2 y V3 son las tensiones entre sus extremos
respectivos e I la intensidad de corriente que las atraviesa, igual para todas
ellas.
De acuerdo con el principio de conservación de energía
referido a la unidad de carga, la cantidad total de energía que pierde la unidad
de carga al atravesar las tres resistencias será igual a la suma de las
cantidades que pierde en cada resistencia, es decir:
V = V1 + V2 + V3 = IR1 + IR2 + IR3 =
= I · (R1 + R2 + R3)
Si la ley de Ohm se aplica a la asociación en su conjunto, se
tiene
V = I · Re
Comparando ambas ecuaciones resulta:

Ecuación que puede generalizarse a cualquier número de
resistencias.
Si la asociación fuera en paralelo, al llegar al nudo la
corriente se reparte entre las diferentes resistencias y, de acuerdo con el
principio de no acumulación de cargas, se cumplirá, en este caso, la relación
I = I1 + I2 + I3
con
V1 = V2 = V3 = V
Aplicando la ley de Ohm a cada resistencia, resulta ahora:
V = I1 · R1 ; V = I2 · R2 ; V = I3 · R3
Para la asociación en su conjunto se tendrá:
V = I · Re
Si se sustituyen los valores de I, I1, I2 e I3 en la ecuación
de las intensidades se obtiene:

es decir:


En este caso es la suma de los inversos la que da lugar, no a
la resistencia equivalente, sino a su inverso. Por tal motivo en este tipo de
asociación el valor de la Re, resulta ser inferior al de la más pequeña de las
resistencias asociadas.
Análisis de circuitos
En el estudio del comportamiento de cualquiera de las partes
o de los elementos de un circuito, se precisa conocer cuál es la intensidad de
corriente que circula por él. La determinación de la intensidad o intensidades
de corriente que circulan por todos y cada uno de los elementos de un circuito
dado recibe el nombre de análisis de circuito.
En el caso de circuitos simples con un solo generador, o con
varios asociados en serie, es posible llevar a término el análisis de circuitos
aplicando de forma general los principios anteriormente considerados, así como
las fórmulas de asociación de resistencias. Sin embargo, cuando existen varios
generadores distribuidos por diferentes bifurcaciones o ramas el problema del
análisis se complica y es preciso recurrir a procedimientos más potentes y
también más laboriosos.
LEY DE JOULE
La ley de Joule permite calcular la energía disipada
en forma de calor en un conductor. Su expresión matemática es Q = I2 ·
R · t, siendo R la resistencia en ohms, I la intensidad de
corriente en amperios y t el tiempo en segundos.
Para elevar la temperatura del agua en 1 ºC se necesitan 4,2
J por cada gramo. Se trata de determinar, aplicando la ley de Joule, el valor de
la resistencia eléctrica que debe tener un calentador eléctrico para que,
conectado a un enchufe de 220 V, sea capaz de elevar la temperatura de un litro
de agua de 15 ºC a 80 ºC en cinco minutos.
La energía calorífica necesaria para elevar la temperatura
del agua de 15 ºC a 80 ºC será:
Q = 1000 · (80 - 15) · 4,2 = 2,73 · 105 J
pues un litro de agua corresponde a un kilogramo de masa y
4,2 representa el calor en joules por gramo y grado centígrado (calor
específico).
Dado que se dispone del valor de la tensión, pero no de la
Intensidad, será necesario transformar la ley de Joule de modo que en la fórmula
correspondiente aparezca aquélla y no ésta. Recurriendo a la ley de Ohm V = I
· R se tiene:

Despejando R y sustituyendo los valores conocidos resulta:

POTENCIA ELÉCTRICA
La energía eléctrica We que suministra un generador al
circuito eléctrico depende de la cantidad de carga que lo atraviese. Dado que la
fuerza electromotriz de un generador representa la energía que suministra al
circuito por cada unidad de carga que lo atraviesa, se podrá escribir:

es decir:

Pero de acuerdo con la definición de intensidad eléctrica, la
carga eléctrica q se puede escribir como el producto de la intensidad por
el tiempo (10 · 1); luego la energía eléctrica suministrada por el generador al
circuito en un tiempo t vendrá dada por la expresión:


La potencia P de un generador representa la energía
eléctrica que cede al circuito por unidad de tiempo, es decir:

Combinando las anteriores ecuaciones resulta para P la expresión:
Al igual que la potencia mecánica, la potencia eléctrica se
expresa en watts (W).
Efectos caloríficos de la corriente eléctrica. Ley de
Joule
El calentamiento de los conductores por el paso de la
corriente eléctrica fue uno de los primeros efectos observados por los
científicos estudiosos de los fenómenos eléctricos, sin embargo, habría de pasar
algún tiempo antes de que se conociera la magnitud de tal efecto calorífico y
los factores de los que depende. J. P. Joule (1818-1889) se interesó desde joven
en la medida de temperaturas de motores eléctricos, lo que le permitió hacia
1840 encontrar la ley que rige la producción de calor por el paso de una
corriente eléctrica a través de un conductor.
La ley de Joule establece que la cantidad de calor
producida es directamente proporcional a la resistencia R del conductor,
al cuadrado de la intensidad de corriente I que lo atraviesa y al tiempo t. Es decir:
Q = I2 · R · t (10.8)
El efecto calorífico, también llamado efecto Joule,
puede ser explicado a partir del mecanismo de conducción de los electrones en un
metal. La energía disipada en los choques internos aumenta la agitación térmica
del material, lo que da lugar a un aumento de la temperatura y a la consiguiente
producción del calor. La ley de Joule, por su parte, puede ser enfocada como una
consecuencia de la interpretación energética de la ley de Ohm. Si I · R
representa la energía disipada por cada unidad de carga, la energía total que se
disipa en el conductor en forma de calor, cuando haya sido atravesado por una
carga q, será:
Q = q · I · R
Pero dado que q = I · t, se tiene finalmente:
Q = I2 · R · t
que es precisamente la ley de Joule.
La potencia calorífica representa el calor producido
en un conductor en la unidad de tiempo. Su expresión se deduce a partir de la
ley de Joule en la forma:
Puesto que el calor es una forma de energía, se expresa en
joules (J) y la potencia calorífica en watts (W).
Cuando se combinan las ecuaciones (10.9) y (10.3) resulta
otra expresión para la potencia eléctrica consumida en un conductor:
P = IR · I = I · V (10.10)
Fuerza electromotriz y diferencia de potencial
La noción de fuerza electromotriz de un generador como
energía que comunica el circuito por cada unidad de carga que lo atraviesa, está
referida a un generador ideal o puro. En tal caso toda la energía que produce el
generador la cede íntegramente al circuito, por lo cual la fuerza electromotriz
e coincide exactamente con la diferencia de potencial V constante que
mantiene entre sus bornes:
En realidad, una pila, una batería o un alternador son en sí
mismos elementos conductores que forman parte del circuito por donde pasa la
corriente y en mayor o menor medida oponen, como tales, una cierta resistencia
al movimiento de las cargas.
Ello significa que el generador, al formar parte del
circuito, se calienta y disipa, por tanto, una cierta cantidad de calor. La idea
de balance de energía a la que equivale la interpretación de la ley de Ohm en
términos energéticos puede entonces extenderse al caso de un generador con el
propósito de encontrar la relación entre e y V en esta nueva situación.
Aplicando la conservación de la energía por unidad de carga a los extremos del
generador, se tiene:

que en forma de símbolos resulta ser:

Esta ecuación se conoce como ley de Ohm generalizada a
un generador y permite determinar la diferencia de potencial que es capaz de
mantener entre sus bornes un generador real, esto es, con resistencia interna
r no despreciable.
MÉTODO DE LAS CORRIENTES DE MALLAS

-
Se eligen m mallas m = nº de ramas (nº de nudos - 1).
-
Se le asigna a cada malla una corriente con un sentido
(I1,I2,I3).
-
Se construye la matriz de impedancias (en c.c. Z = R).

Donde à Zii : Suma de todas la resistencia de
una malla.
Zij : Suma de las resistencia que compartidas
por la malla i y la malla j
z > 0 si Ii e Ij tienen el mismo
sentido.
z < 0 si Ii e Ij tienen distinto
sentido.

Donde à Vi : Suma de los voltajes V en la malla
i.
V > 0 si Ii sale de la fuente de alimentación
por el borne +.
V < 0 si Ii entra en la fuente de alimentación
por el borne -.
(Se mira el signo de salida de la fuente de
alimentación.)

En nuestro caso:


MÉTODO DE LOS VOLTAJES DE NUDOS
-
Se eligen n nudos nº ecuaciones = m = n-1
-
Se asigna a cada nudo un potencial vi>0
menos a uno que se le asigna: v=0
-
Se construye la matriz de admitancias (en C.C. Y=1/R)

yiiº suma de todas las admitancias del nudo i
yijº suma de las admitancias compartidas entre
los nudos i y j
yij < 0 siempre
Ejemplo:
y11=1/Ra+1/Rd+1/Rb,
y12=-1/Rb, y21=-1/Rb, y22=1/Rd+1/Rc+1/Re
y13=y31=y23=y32=y33=0
ii= suma de las intensidades aplicadas al nudo
i
I>0 si las corrientes entran al nudo
I<0 si las corrientes salen del nudo
Ejemplo:
i1=Va/Ra, i2=Vb/Rc,
i3=0

LA SUPERCONDUCTIVIDAD
La superconductividad es una propiedad que presentan algunos
materiales sometidos a ciertas condiciones especiales, de conducir la
electricidad sin oponer ninguna resistencia y, por tanto, sin disipar energía
por efecto Joule. Aun cuando el fenómeno de la superconductividad fue
descubierto por Kamerlingh Onnes en 1911, hasta hace sólo unos años resultaba
necesario, para conseguir tal propiedad, someter a ciertos metales a
temperaturas próximas al cero absoluto (- 273 ºC).
Investigaciones recientes han conseguido sintetizar
materiales de tipo cerámica capaces de convertirse en superconductores a
temperaturas mucho más altas. La desenfrenada carrera científica que se ha
desatado en este campo permite albergar la esperanza de conseguir, a corto
plazo, materiales superconductores a temperaturas muy próximas a la ambiente.
La importancia de este logro científico puede resultar
decisiva en un buen número de aplicaciones técnicas. Cabe destacar la
posibilidad de fabricar electroimanes a base de superconductores con un coste
reducido, lo cual abarataría la construcción de algunos sofisticados aparatos de
diagnóstico médico que emplean potentes imanes, facilitaría la producción de la
energía del futuro y permitiría construir medios de transporte terrestre
ultrarrápidos y económicos basados en la sustentación o levitación magnética. Un
tren experimental alemán de estas características ha conseguido una velocidad de
406 km/h. Este tipo de trenes, al desplazarse sin entrar en contacto con el
suelo, evitan los efectos indeseables del rozamiento y equivalen a aviones que
se muevan en vuelo rasante. |