A través de esta serie de notas nos fuimos adentrando en algunos de los
misterios de la Ciencia. Abordamos la materia, su origen y evolución, la
formación de distintas sustancias y el por qué de algunas de sus propiedades, su
color y el misterioso espacio vació que la conforma, que es mucho más abundante
que el espacio lleno que ocupa. Estos “misterios” que la Ciencia va descubriendo
y explicando hacen que el científico continué asombrándose de la inmensidad
universal y busque avanzar hacia nuevas explicaciones, pues lo desconocido es
mucho mayor que lo que hasta ahora se ha descubierto.
Otro aspecto interesante y notable es como en el Universo se mantiene la
tendencia al equilibrio. En física, Newton, en el siglo XVII, ya fundamentó
algunos principios observando el movimiento de los cuerpos.
Su primer principio de inercia decía: “Todo cuerpo tiende a conservar en forma
indefinida el estado de reposo o de movimiento en que se encuentra”. Si esto de
alguna manera se viese alterado existe un tercer principio newtoniano que dice:
“Cuando un cuerpo ejerce una fuerza sobre otro (acción) este responde con una
fuerza igual y de sentido contrario (reacción)”. La llamada reacción tendrá la
tendencia a anular a la primera para restablecer ese equilibrio que el cuerpo se
resiste a abandonar. Estos pares de interacción de encuentran en todo lo que nos
rodea.
A nivel molecular, en química, el famoso principio de Chatellier rige los
equilibrios. “Cuando una causa exterior afecta un sistema químico en equilibrio
éste se opone a la misma generando un efecto que anula al que provoca tal
desequilibrio”
En biología, un cuerpo viviente posee un equilibrio regido por el principio de
homeostasis, cuando éste es alterado genera un efecto de modo que esa alteración
se anule. Cuando nos exponemos al frío intenso todo nuestro organismo reacciona
en consecuencia para oponerse al mismo y evitar la enfermedad.
En el plano de la naturaleza conocemos ampliamente el famoso equilibrio
ecológico: una mínima alteración en un bioma (conjunto de seres vivos) genera
enormes cambios naturales para compensarla.
Termodinámicamente (estudio de los calores, trabajos y energías generados por
los sistemas), hay un equilibrio entre la tendencia al orden y tendencia al
desorden. Cuando sacamos un cubo de hielo del refrigerador, a temperatura
ambiente pasa al estado líquido, porque bajo esas condiciones predomina la
tendencia al desorden. En cambio, cuando volvemos enfriar ese líquido la
tendencia al orden hace que las moléculas se coloquen en lugares fijos y se
solidifique, ya que el estado sólido es mucho más ordenado que el estado
líquido.
Orden y desorden conviven ambos y se equilibran pues los tres estados son parte
de la naturaleza.
El Universo en general se compensa con caos y orden de modo de mantener un
“perfecto equilibrio” ante el cual nos asombramos. Otro de los misterios que la
ciencia puede develar.
Autor: María Cristina Chaler AGENCIA DE NOTICIAS CIENTÍFICAS Y TECNOLÓGICAS
(CyTA-INSTITUTO LELOIR) |